Ötzi fue encontrado en septiembre de 1991 por dos excursionistas alemanas, en un elevado glaciar en los Alpes del sur del Tirol, cerca de la frontera entre Austria e Italia. La datación del cuerpo reveló que Ötzi había muerto hacía unos 5.000 años. Era la primera vez que se encontraba un cadáver tan antiguo y tan completo, vestido y equipado con decenas de cosas. De hecho, es un claro ejemplo de que el consumismo es algo inherente al ser humano.
Pero, además de todos los descubrimientos que nos ha proporcionado Ötzi, ahora nos revela que un nuevo biomarcador, los microARN, puede permanecer estable todo este tiempo.
MicroARN
Los biomarcadores son atributos biológicos que pueden dar a los médicos o investigadores pistas sobre el estado de salud o las enfermedades de un paciente. El microARN es uno, que ahora se revela como particularmente estable en el tiempo.
Aunque estas moléculas son muy estables en los tejidos, antes de este estudio no estaba claro si todavía se podían encontrar en tejidos humanos después de miles de años, sin embargo, en un estudio realizado por Andreas Keller y Eckart Meese de la Universidad de Saarland, Stephanie Kreis de la Universidad de Luxemburgo, y el Albert Zink y Frank Maixner de Eurac Research en Bolzen, sugiere que podemos analizar microRNA incluso después de miles de años. Según Keller:
Es evidente que el potencial de microRNA es mucho mayor de lo que pensábamos anteriormente. No sabemos todavía lo suficiente acerca de cómo estas moléculas influyen en genes específicos, familias de genes enteros o vías de reacción bioquímica. Cuando investiguemos esto más, es posible que los microRNAs se conviertan en nuevas estrellas en la terapia Hasta entonces, sin embargo, hay mucho más trabajo por hacer.