Todo lo que vive y ha vivido en la faz de la Tierra podría descender de un solo ancestro común, tal y como piensan algunos biólogos evolucionistas. Un microbio que metabolizó hace aproximadamente 3.500-3.900 millones de años. El nombre de ese microbio es LUCA.
En realidad LUCA no es un nombre: nadie se ha atrevido aún a bautizar la criatura de la que todos pudiéramos proceder. LUCA es el acrónimo de last universal common ancestor. También se denomina último antepasado universal (LUA, last universal ancestor) y último ancestro común (LCA, last common ancestor) o simplemente ancestro universal.
Esta hipótesis surge en 1859 cuando Charles Darwin publicó El origen de las especies, sosteniendo que habría habido solo un progenitor para todas las formas de vida. Afirmó en suma: «...debo inferir la analogía de que probablemente todos los seres orgánicos que han vivido en esta tierra han descendido de una forma primordial, en la que la vida respiraba primero».
Pero ¿es realmente LUCA tan universal como parece? ¿Pudo haber existido otras génesis? Son aún preguntas sin respuesta, pero LUCA establece otras consideraciones, a juicio de David Toomey en su libro Vida extraña:
Lo que interesa a un gran número de biólogos es que muchas de las características compartidas por todas las formas de vida conocidas parecen no tener ninguna “ventaja selectiva”. Dicho de otro modo, no tenían por qué ser de esta manera. Había, y hay, alternativas. Los químicos pueden imaginar miles de millones de compuestos orgánicos, pero la vida utiliza solo unos 1.500. Quienes trabajar en el nuevo campo de la biología sintética puede imaginar otros aminoácidos, otras proteínas y otros metabolismos (o al menos partes de metabolismos) que utilizan otros procesos y que funcionarían igual de bien, tal vez mejor.
Imagen | Iqbal Osman1
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