Volvemos a la Universidad Johns Hopkins, donde han desarrollado cepas de mosquitos resistentes a la malaria, que superan a sus congéneres no alterados al alimentarse de sangre infectada por el plasmodium. Los resultados de las investigaciones han aparecido en la última edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La idea sería introducir a estos mosquitos en los hábitats donde la malaria es una enfermedad endémica e intentar que estas poblaciones reemplazasen a los que transmiten la enfermedad. Pero claro, para que esta estrategia funcionase, los insectos transgénicos deberían ser capaces de tener mayor descendencia que los silvestres, con el peligro que ello conlleva para cualquier ecosistema.
En el entorno de la investigación, se ha observado que las nuevas cepas, combinadas en números iguales con mosquitos no portadores de la mutación, y alimentados con sangre de animales infectados por la malaria, mostraban mayor proporción en tan sólo nueve genraciones (70%, frente al 50% inicial). Los transgénicos parecen tener mayores tasa de supervivencia y potencial reproductivo.
Antes de poner la estrategia en práctica, es necesario comprobar que los mosquitos mutantes puedan ser utilizados en los campos, donde sólo un pequeño porcentaje está expuesto al plasmodium y donde, por tanto, las ventajas sobre los naturales podrían no manifestarse con tanta fuerza.
De hecho, parece que el gen que han modificado los científicos podría llevar a que, en un entorno libre de malaria, la eficacia de los mosquitos transgénicos podría ser inferior a la de los silvestres.
Vía | El Mundo Salud Más información | Artículo en PNAS En Genciencia | La malaria necesita sodio