Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que las hembras de los dragones de Komodo (Varanus komodoensis) viven un 50 por ciento menos que los machos, al parecer esto es debido a su exigencia física en las “tareas domésticas”, tales como la construcción de los enormes nidos o el cuidado de los huevos durante seis meses.
Los resultados proporcionan información importante acerca de la tasa de crecimiento, forma de vida y diferencias de población de esta especie en peligro de extinción, lo que puede ayudar a planificar una buena conservación de la misma.
El equipo, que incluyó a científicos de Australia, Indonesia e Italia, estudió 400 individuos durante 10 años en el este de Indonesia, su único hábitat natural. Más tarde elaboró el modelo de tasa de crecimiento, publicando sus resultados en la revista internacional Plos One.
El dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo. El tamaño de su formidable cuerpo les permite ser depredadores de búfalos, ciervos, jabalíes e incluso algún que otro humano.
Los machos viven alrededor de 60 años, alcanzando un promedio de más de 2 metros de longitud y 65 kg en la edad adulta. Sin embargo, las féminas llegan a vivir una media de 32 años, a medir 120 cm de longitud y a pesar tan sólo 22 kg.
El Dr Tim Jessop, del Departamento de Zoología de la Universidad de Melbourne, fue co-autor del estudio y dijo que el equipo se sorprendió al ver que la esperanza de vida era significativamente más corta en la hembra del dragón de Komodo.
La diferencia de sexos en el tamaño parece estar vinculado a las enormes cantidades de energía que las mujeres invierten en la producción de huevos y en la construcción y cuidado de sus nidos. Este proceso puede tomar hasta seis meses durante los cuales pierden mucho peso y condición corporal
Tanto varones como hembras comienzan con el mismo tamaño hasta que alcanzan la madurez sexual, alrededor de los siete años de edad. A partir de entonces las hembras crecen más lento, muriendo más jóvenes
Afirmó.
El equipo de investigación estaba interesado en entender la tasa de crecimiento de los dragones de Komodo, ya que este proceso crítico puede indicar cómo prioriza la especie su uso de energía en forma de vida y estrategias reproductivas.
Los resultados sugieren que las hembras tienen mucha más energía que utilizan para la reproducción, mientras que para poder reproducirse con éxito, los machos deben seguir aumentando de tamaño.
Los resultados podrían tener consecuencias dramáticas para esta especie en peligro de extinción, ya que la muerte precaria en las hembras puede agravar la competencia entre los machos sobre las hembras restantes, lo que posiblemente explique por qué los varones son los lagartos más grandes del mundo.
Estos resultados nos pueden parecer extraños a los humanos pero cada especie tiene diferentes estrategias para transmitir sus genes. Por ejemplo los humanos invierten mucha energía en la cría de un único hijo, mientras que los insectos tienen cientos de prole sin tener que criar a ninguno
Concluye Jessop.
Vía | Physorg
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