Definir la papiroflexia puede ser una labor complicada. De ella se ha dicho que es un juego, un arte, un pasatiempo, una ciencia... En realidad, es mucho más que todo eso.
La papiroflexia puede parecer una actividad sencilla que trata de representar figuras con papel plegado, sin embargo, algunas de estas figuras pueden medir varios metros o estar confeccionadas con cuadrados de papel de escasos milímetros. A veces se pueden crear representaciones esquemáticas; otras, figuras de un gran realismo.
Belén Garrido es una profesora de biología, interesada por la papiroflexia, que ha sido capaz de conjugar su profesión con su afición creando una excelente propuesta didáctica: las moléculas de papiroflexia o "papiromoléculas".
Los diferentes modelos de papiromoléculas, creados con papel plegado, substituyen en parte los costosos juegos de modelos moleculares con los que suelen trabajar los estudiantes de secundaria, limitados casi siempre por la gran cantidad de piezas necesarias para que todo el alumnado pueda fabricar sus propios modelos.
La papiroflexia se ha ganado desde hace tiempo un lugar importante en la educación de pequeños y de mayores. El único límite es la imaginación. Los especialistas de la educación cada vez descubren más campos en los que la papiroflexia puede ser un recurso pedagógico válido, como por ejemplo, las matemáticas, la física, la química.
En el ámbito de la biología, además de las papiromoléculas, otras propuestas interesantes son los modelos de cápsidas de virus esféricos, o los sencillos, pero espectaculares, modelos de ADN realizados a partir de una hoja de papel.
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