Según datos provisionales de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno castellano y leonés, este año han nacido 23 osos pardos en la cordillera cantábrica, una cifra considerablemente mayor respecto a los últimos años.
Se trata de una excelente noticia en relación con la recuperación del oso pardo en los Picos de Europa, el último lugar de la Península Ibérica en el que su supervivencia cuenta con algunas garantías.
Las comunidades de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia y la Fundación Oso Pardo son las responsables de realizar los censos. Para ello se dispone de guardas y personal especializado, que ejercen, además, labores de vigilancia frente a potenciales agresiones a los animales.
La población de osos tiene una distribución irregular en la Cordillera Cantábrica, con un núcleo principal en la zona occidental, donde se cuentan un centenar de individuos. En la zona oriental el número de individuos se sitúa alrededor de los 30 ejemplares.
Para los expertos, a pesar de haber pasado en veinte años de unos 60 a 80 individuos a una estimación de entre 105 y 130, se debe seguir insistiendo en que se trata de una especie en peligro de extinción. Entre los principales peligros para la recuperación de los osos se citan los accidentes de los oseznos en los primeros meses de vida, los lazos para jabalíes, los cebos para venados y el furtivismo.
La Consejería de Medio Ambiente está en plena revisión del Plan de Recuperación del Oso Pardo, que incluye la labor divulgativa y didáctica entre los escolares y las poblaciones con osos en sus municipios, la regulación de las actividades agrícolas, ganaderas y de otros sectores para hacerlas compatibles con el oso, y las indemnizaciones por posibles daños causados por los osos.
Vía | ABC Más información | Fundación Oso Pardo