En épocas de verano, muchos desalmados abandonan a sus mascotas en una solitaria gasolinera de carretera. Una práctica que se ha exagerado en algunos chistes, cuando las familias, en vez de abandonar a la mascota, lo que abandona es al abuelo (hasta creo que algún caso se produjo realmente).
Entre los charlatanes de Australia, esto sería impensable. Este pájaro, también llamado charlatán de coronilla gris, tiene verdadera veneración por sus mayores. Hasta el punto de que podríamos definir su estructura social como de gerontocracia.
Los charlatanes no suele escoger como jefes de sus clanes a los más fuertes, ruidosos o ávidos de sexo, como suele ocurrir en la naturaleza, sino a los más amables y altruistas; aunque éste sea un ejemplar viejo o maltrecho.
Una pareja de investigadores de Israel, los Zahavi, descubrieron este hecho insólito.
Los Zahavi encontraron incluso, cerca del mar Muerto, una comunidad de aves que era liderada por un animal muy viejo con una sola pata. Un jefe con graves impedimentos físicos. Cualquier otro macho hubiese estado en condiciones de poner al jefe de patitas en la calle sin ningún esfuerzo y de birlarle a su atractiva esposa. (…) No sólo alimentan al anciano y débil compañero, sino que lo aceptan incluso como jefe. Y hasta se dejan guiar por él en las contiendas con los otros clanes, a pesar de que el veterano ya no esté en condiciones de librar grandes batallas.
¿Tal vez los charlantes han entendido mejor que nosotros que en los ancianos hay un reservorio de veteranía experiencia que vale la pena tener en cuenta en vez de sustituirla por sangre joven pero fundamentalmente novata?
Vía | De focas daltónicas y alces borrachos de Jörg Zittlau
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