Alcanza una velocidad de 855 mm/s, para correr por la arena que puede alcanzar hasta los 60ºC, lo que convierte a esta araña en la más veloz del mundo: la hormiga de plata sahariana (Cataglyphis bombycina).
El hecho ha sido constatado por Harald Wolf y sus colegas de la Universidad de Ulm (Alemania), publicando los hallazgos en Journal of Experimental Biology.
Cataglyphis bombycina
Su curioso nombre se debe a que estas pequeñas criaturas terrestres cuentan con un escudo térmico, que a la luz del sol, es bastante brillante. El escudo tolera el sol abrasador del Sahara y resiste hasta 53,5 °C, es decir que su escudo corporal hace que se mantenga por debajo de esa temperatura.
En el estudio se calcularon las velocidades máximas de los insectos, Pfeffer y Wahl quedaron impresionados al encontrar que los animales alcanzaron un extraordinario 0.855 m/s (es decir, 855 mm/s o 108 veces la longitud de su propio cuerpo por segundo) durante la parte más calurosa del día del desierto, cayendo a 0,057 m/s a 10°C en el laboratorio.
Analizando las maniobras de la hormiga, advirtieron que balanceaban sus patas largas de 4,3-6,8 mm a velocidades de hasta 1.300 mm/s, tomando hasta 47 pasos. El equipo también descubrió que en lugar de simplemente correr, las hormigas cambiaron a galope, con los seis pies del suelo simultáneamente a velocidades superiores a 0,3 m/s.
También sorprende cómo sincronizan sus patas, coordinando estrechamente los movimientos de las tres patas que trabajan juntas formando trípodes mientras caminan, mientras cada pie solo contactaba con el suelo por tan solo 7 milisegundos antes de iniciar el próximo paso.
Esta hormiga también ha sido la clave esencial para descubrir maneras más eficaces para mejorar lo que se llama la refrigeración pasiva. La refrigeración pasiva consiste en enfriar sin usar ventiladores u otros sistemas.
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