Cuando pienso en ballenas me vienen imágenes de cantantes de ópera pasadas de kilos. Y es que esos son los dos rasgos que definen las singularidades de la ballena: su canto y sus kilos.
-La ballena azul es el animal más grande que ha existido jamás en la Tierra. Pesa 30 veces más que el elefante africano, el segundo mamífero más grande. Incluso el mayor dinosaurio que existió pesaba menos de la mitad que una de estas ballenas. Y es que el corazón de la ballena azul es tan grande como un coche familiar, y procesa 7.500 litros de sangre (230 litros por latido). Un niño de 5 años podría atravesar la aorta nadando.
-Estos tamaños leviatanescos serían físicamente imposibles en tierra firme. La rapidez en el crecimiento de la ballena azul es asombroso: al nacer, pesa como una elefanta, y luego gana 90 kilos… en 24 horas.
-El otro prodigio de las ballenas son sus cantos. Las ondas sonoras viajan 4 veces más rápido bajo el agua, así que el sonido es el mejor sistema de comunicación en este medio. Los cantos de las ballenas son los sonidos más intensos producidos por un animal: algunas canciones son de frecuencia tan baja que se escuchan a miles de kilómetros de distancia.
-Las canciones de media hora de la ballena jorobada son un misterio. Pueden ser lecturas de navegación, previsiones meteorológicas, anuncios personales o poesía épica, a saber. La cuestión es que:
incluyen reglas gramaticales: los sonidos se combinan en estructuras que funcionan como la sintaxis y que llenan la pieza de millones de unidades de información. Las ballenas cantan en diferentes dialectos dependiendo de su procedencia, y cantan canciones diferentes en los diferentes lugares y en las diferentes estaciones del año.
-Lamentablemente, las ballenas están extinguiéndose a causa de su caza masiva: actualmente quedan menos de 5.000 (un ejemplar por cada 4 kilómetros de su hábitat acuático). Por si fuera poco, los sónares militares y la contaminación acústica en el mar han reducido la distancia que recorren las ballenas en un 50 %, y muchas de ellas sufren graves daños en el oído interno.
Vía | El pequeño gran libro de la ignorancia (animal) de John Lloyd
Ver 17 comentarios