El uso excesivo de antibióticos en las personas, sin embargo, no es toda la historia. Collignon dice que casi dos tercios del mal uso de antibióticos se produce en el sector agrícola, donde al ganado se le administra rutinariamente estos medicamentos para ayudar a prevenir enfermedades o promover el crecimiento.
Aunque en España es menos común, en otros países, la administración de antibióticos a los animales causa el desarrollo de superbacterias. Éstas se pueden transferir fácilmente en la alimentación o en el agua destinadas al consumo humano, aumentando el riesgo de bacterias resistentes para las personas. ¿Deberíamos estar preocupados?
La Organización Mundial de la Salud ha identificado la resistencia a los antibióticos como una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la salud humana.
En todo el mundo hay millones de infecciones causadas por superbacterias al año. Superbacterias, como el SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), están causando infecciones en miles de personas al año. Personas que se enfrentan a una enfermedad prolongada o incluso la muerte.
Esto se debe a que los tratamientos estándar no funcionan en superbacterias y encontrar un tratamiento que funcione lleva su tiempo.
La mayoría de superbacterias todavía tiene algún “Plan B” que actúe para tratarlas, por lo general tiene que ser administrado por vía intravenosa y mucho más tóxico
Dice Collignon.
Collignon argumenta que hay pocos incentivos para que las compañías farmacéuticas desarrollen nuevos antibióticos. Estas empresas, obviamente, obtienen más beneficios si desarrollan tratamientos que curen a largo plazo.
Es por eso que tenemos que preservar los antibióticos que tenemos
Concluye Collignon.
Los antibióticos son también un componente esencial después de procedimientos quirúrgicos, como reemplazos de cadera o tratamientos de leucemia, por lo que podría ser un peligro si incrementa el número de superbacterias en los hospitales.
Desde luego, los ciudadanos debemos tomar conciencia en tomar responsablemente los antibióticos, de lo contrario, el futuro del tratamiento médico se enfrenta a un importante retroceso.
Vía | ABC Science
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