Gaspar Wistar era el anatomista más destacado de EEUU, y, sin embargo, desperdició la oportunidad de descubrir los dinosaurios medio siglo antes que ningún otro. En su honor, obtuvo una inmortalidad segura e inesperada cuando un botánico llamado Thomas Nuttall puso su nombre a una bonita planta trepadora. Algunos botánicos puristas aún siguen insistiendo en llamarle wistaria.
Y es que Thomas Nutall (1786-1859) fue un pionero de la botánica cuyo campo primordial de investigación era la flora de regiones remotas del noroeste de América. Se nombraron varias especies de plantas y pájaros en su reconocimiento, como el carpintero de Nuttall, Picoides nuttallii, nombrado por su amigo William Gambel, y la Pica nuttalli y el Phalaenoptilus nuttallii nombrados por John James Audubon. También es conmemorado en el roble de Nuttall, Quercus texana y el catclaw zarza Mimosa nuttallii.
Sin embargo, como explorador, su trabajo se caracterizaba por el hecho de que prácticamente siempre se extraviaba, como un niño pequeño con un nulo sentido de la orientación..
Por ejemplo, en su expedición de 1812 sus colegas tenían que dejar al anochecer lámparas marcando el camino para que pudiera volver al campamento.
Tal y como se explica en El libro de los fracasos heroicos, de Stephen Pile:
Una noche no apareció y mandaron una partida de reconocimiento a buscarle. Cuando ésta se acerco a él, Nuttall creyó que eran indios e intentó huir. Los irritados rescatadores le persiguieron durante tres días y tres noches por matorrales y ríos, hasta que Nuttall, sin darse cuenta, apareció en el campamento. En otra ocasión, volvió a perderse y se quedó sin fuerzas. Tenía un aspecto tan patético que un indio que paso por allí, en vez de arrancarle la cabellera, le recogió, le llevó a cuestas seis kilómetros hasta el río y luego en canoa hasta el campamento.
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