En un restaurante coreano se sirve calamar que, a pesar de estar muerto, empieza a retorcerse cuando se vierte sobre él la salsa de soja.
La explicación, según el profesor de química Charles Grisham de la Universidad de Virgina, es que, a pesar de la muerte cerebral, parte del tejido sigue aún vivo y responde a estímulos.
Vía | Discovery
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