La Administración de Información Energética estima que si los edificios comerciales e industriales mejorarán su eficiencia energética en un 10 %, nuestra economía podría obtener un ahorro anual de casi 20 mil millones de dólares.
Puede que estas opciones sean un montón de pequeños parches, pero usando esta lista como punto de partida hacia la iniciativa verde se pueden conseguir grandes objetivos. Puede que se sorprenda de lo fácil que es adoptar algunos de estos hábitos.
4. Quédese en casa
La semana laboral de 40 horas es un patrón, pero puede ofrecer a cada trabajador un horario para sus propósitos. Trate de cerrar la oficina después del almuerzo del viernes o ser flexible en los horarios.
Permitir e incluso fomentar el teletrabajo para ciertos trabajadores, enseñar a sus empleados el acceso remoto de redes empresariales, los compañeros de trabajo pueden apreciar la oportunidad de estar en casa más horas.
Aunque pueda parecer una receta de desastre libertino, las oficinas han visto aumentar la productividad en este tipo de esquema.
Debido a los horarios más flexibles, los trabajadores sufren menos las circunstancias que les obliga a tomar una licencia o hacer negocios personales en el trabajo.
Quedarse en casa también se traduce en quedarse en la oficina. Si sus compañeros de trabajo viajan con frecuencia, considere el uso de videoconferencias o teleconferencias en lugar de viajes de negocios potencialmente innecesarios.
3. Bloquee el termostato
La empresa debe tener una temperatura media cómoda para cada temporada y manteniendo esa temperatura, aunque haya que bloquear el control. Sabemos lo que pasa cuando el control está al acceso de todos, unos tienen frío y otros calor… ¿ven el peligro?
Si quiere ahorrar energía sin tener que pensar en ello, intente instalar una programable termostato que ajusta automáticamente la temperatura según la hora del día. ¿Por qué enfriar o calentar la oficina cuando todo el mundo está en casa?
Usted podría ahorrar casi un 10 % al año en su factura de calefacción y refrigeración, si decide usar uno de estos aparatos, asegúrese de mantenerlo alejado de fuentes de calor o frío incongruentes, como por ejemplo las entradas corrientes de aire o la luz solar directa.
Y de nuevo, asegúrese de inspeccionar periódicamente los sistemas de calefacción y refrigeración para asegurarse de que todo está funcionando tan eficientemente como sea posible.
2. Formar un Comité
No se hace nada en su oficina sin un par de reuniones, ¿verdad? Hay que poner en práctica la misma política para el ahorro de energía, decidir sobre las prioridades, elaborar una estrategia y determinar objetivos concretos.
Los empleados serán más propensos a subir a bordo si sus hábitos del nuevo plan verde no parecen arbitrarios, repentinos o inútiles.
Para llegar a más gente invierta en un comité interesado en mantener a cada trabajador con sus metas y obtener información sobre cómo alcanzar esas metas. Si tiene problemas al empezar, pida ayuda a profesionales, le darán un punto concreto desde el que comenzar.
1. Formar un hábito
Ahora que su plan verde está en marcha, empiece a convertirlo en hábito.
El hábito hizo al monje
¿Cuál es la mejor manera de mantener la responsabilidad que supone? Resultados, resultados, resultados.
Siguiendo las lecturas del medidor, los costes de energía y sus avances y retrocesos, una disminución histórica en el uso de la energía podría conducir a una gran fiesta en la oficina.
Finalmente, deje que sus clientes sepan que el plan verde es su prioridad, puede sorprenderle el apoyo que reciba a cambio.
Y llegados hasta aquí, ¿se os ocurre alguna idea más para ahorrar en recursos?
Vía | Discovery Channel
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