España por fin está en el aire. Bueno, en el espacio. Lo cual ya es mucho considerando aquel sambenito que se le colgó años ha: lo de Spanish is different.
Desde Rusia, no con amor sino desde el cosmódromo de Plesetsk, ha sido lanzado ya el primer satélite de la historia de la Agencia Espacial Europea liderado exclusivamente por empresas y científicos españoles. Se trata del satélite SMOS.
Primera prueba superada con éxito, para sacarnos de encima el estigma del chapuzas con el pañuelo encasquetado en la cabeza. Al menos un poco. La segunda prueba, no obstante, reviste mayores riesgos, como ha declarado el director del proyecto SMOS en la ESA, Achim Hahne.
Una segunda prueba que consiste en desplegar simultáneamente los tres brazos articulados del satéite, en los que van montados sus instrumentos científicos. Ello ocurrirá a lo largo del día de hoy. Veremos.
Si superamos la segunda prueba, el SMOS ya estará listo para su misión: analizar la humedad de los continentes y la salinidad de los océanos con una precisión sin precedentes. Los datos resultantes servirán para refinar los modelos del cambio climático.
Situado en una órbita a 760 kilómetros, completando una vuelta alrededor de la Tierra cada hora y media, el SMOS será capaz de detectar diferencias de concentración de 0,1 gramos de sal por litro de agua o detectar cambios del 4 % en la humedad del suelo, lo que permitirá monitorizar las regiones más amenazadas por la desertificación.
Maurici Lucena, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial, afirma que SMOS:
Ha contribuido de manera especial a que España haya conseguido un sector espacial competitivo, con capacidad para liderar actividades.
España aporta 70 de los 315 millones de euros de SMOS, una inversión que ha revertido en contratos a empresas españolas que están en la misión. Olé por Ejpaña. Un poco menos Belén Esteban y un poco más SMOS.
Vía | La Vanguardia
Ver 4 comentarios