Durante gran parte de este último año las praderas americanas han estado sufriendo una terrible sequía. Sin embargo, un estudio reciente ha encontrado que estos pastos no han dado la guerra por ganada al Cambio Climático cuando se trata de sobrevivir con escasas precipitaciones.
La Universidad Estatal de Kansas dirigió un estudio que se ha centrado en la tolerancia a la sequía de 426 especies herbáceas de todo el mundo.
El objetivo era entender mejor cómo los pastizales de diferentes partes del mundo pueden responder en el futuro a los cambios en la frecuencia y severidad de la sequía.
Los pastizales tienen varias funciones ecológicas de gran importancia, de acuerdo con José Craine, profesor asistente de dicha Universidad y autor principal del estudio.
Los pastizales convierten y almacenan el dióxido de carbono, son una fuente de alimentación para los animales que pastan, como las vacas o los bisontes, y ayudan a enfriar la atmósfera circundante.
La idea es que si se mantiene la diversidad en los pastizales, tendremos un gran número de especies tolerantes a la sequía dispuestos a hacerse cargo de las funciones críticas, en caso de existir cambios en el clima o períodos prolongados sin precipitaciones, tal como hemos sufrido este último año
Dijo Craine.
Para la recopilación de datos, el equipo plantó unas 500 especies de herbáceas tomadas de los seis continentes. La mayoría de las semillas fueron proporcionadas por el Departamento de Agricultura de EE.UU., mientras que otras especies se obtuvieron directamente de la pradera Konza en Flint Hills, Kansas.
Las hierbas se cultivaron en un espacio reservado del campus con una iluminación especial de alta intensidad, que simulaba el clima deseado. Después de seis semanas, los investigadores dejaron de regar las muestras y observaron en qué punto cada hierba dejaba de absorber el agua.
Al final, todas sucumbieron a la sequía. Ese era nuestro objetivo: aplicar el estrés suficiente como para saber en qué punto se daba. Lo que vimos fue que algunas de las especies eran tan duras como una lechuga, lo que significa que después de un día o dos sin agua comenzaron a marchitarse, sin embargo, la mayoría fueron capaces de aguantar dos semanas sin agua
Al comparar la resistencia a la sequía a través de las muestras, el equipo encontró que los pastos resistentes están bien distribuidos por todo el mundo. Como resultado, los pastizales son más propensos a tolerar los períodos secos que se prevén con el Cambio Climático en el futuro.
Las praderas seguirán funcionando si somos capaces de mantener su gran biodiversidad. Si no es así, esto afectará a todos los seres vivos que dependen de ellas, haciendo posible que este ecosistema en su conjunto se derrumbe
Concluye Craine.
Vía | Phys.org