Los lugares aquí listados no tienen por qué ser necesariamente diminutos, pero sin ningún género de dudas todos ellos son efímeros. Son sitios contingentes. Pequeños por su duración. Casi espejismos que pueden desparecer en cuanto pestañeas. Escuetos en la dimensión temporal aunque no tanto en la física, son enclaves tan inestables y preciosos como una pompa de jabón; plop, y se esfuman. Lugares evanescentes como la Atlántida que Platón relata en su Timeo.
Muchos de estos lugares serán tragados por las aguas como consecuencia del calentamiento global y la subida del nivel del mar.
Lugares con fecha de caducidad, que pronto dejarán de ser lugares para convertirse en recuerdos, como Tokelau. Hace poco tiempo, este pequeñísimo archipiélago del Pacífico era una de las naciones más pobres del mundo. Apenas tiene 10 kilómetros cuadrados de superficie; ni siquiera tiene capital (cada atolón, Atafu, Nukunonu y Fakaofo, posee su propio centro administrativo), y es una dependencia administrativa de Nueva Zelanda. Ahora, gracias a su condición de paraíso en vías de extinción y a Internet, su economía ha despegado de una forma espectacular. Internet no sólo la ha puesto de moda con el boca a boca digital, sino que en Tokelau se da una condición única en el mundo: dispone de su propio dominio de Internet (.tk) que, a diferencia de otros, como los .com o los .org, no cobra una cuota mensual a los usuarios sino que permite alojar páginas web gratuitamente (salvo que en ellas se incluya publicidad: en este caso, entonces la cooperativa formada por los casi 1.000 habitantes de Tokelau recibirán un porcentaje del 10 % de los beneficios generados por dicha publicidad).
Actualmente, más de 100.000 webs se han registrado bajo este dominio. Los expertos estiman una esperanza de vida para Tokelau que no supera los 25 años.
Tokelau se halla ahora redactando una constitución y desarrollando instituciones de gobierno autónomas, con el fin de llegar a hacer un pacto de libre asociación con Nueva Zelanda, parecido al de las islas Cook, lo cual no deja de ser un poco chocante habida cuenta del poco tiempo que le queda de vida. Tokelau, por lo demás, posee una orografía plana de suelos poco fértiles; las lluvias son irregulares y suelen haber sequías. La pesca es su mayor tradición, y las industrias locales incluyen empresas de producción de copra, artesanía en madera, estampillas y monedas. La mayoría de ingresos de estos isleños evanescentes proviene de la venta de sellos postales para coleccionistas.
Menos conocidos por el mundo, otros lugares sucumbirán prácticamente en silencio. Como el archipiélago de las Kiribati, que por su especial situación geográfica permite a sus casi 90.000 habitantes ser los primeros en celebrar el año nuevo. Kiribati apenas se encuentra a 2 metros por encima del nivel del mar, y el océano ya se adentra por su interior en varias ocasiones al año. Las cosechas están echándose a perder debido a la sal que dejan tras de sí las lenguas de océano, el agua potable sufre filtraciones. Su esperanza de vida es de 50 años, pero su jefe de Estado, Anote Tong, sostiene que la población deberá ser evacuada en los próximos 10 años.
Otro aspecto curioso que sucumbirá con Kiribati es que hasta el 1 de enero de 1995, el archipiélago estuvo dividido en dos fechas: mientras en algunas de las islas era lunes, en las otras era todavía domingo, pues el país estaba atravesado por la Línea Internacional del Cambio de Fecha. A partir de 1995, sin embargo, las autoridades de Kiribati decidieron que esta línea divisoria se desplazara hacia el este, a fin de que el país completo tuviera la misma fecha: imaginaos la situación de que tus vecinos inmediatos vivieran 12 horas de retraso respecto a ti. Un simple salto, cruzas, la línea, y zas, viajas adelante o hacia atrás en el tiempo. La Línea Internacional del Cambio de Fecha es imaginaria y coincide con el meridiano opuesto al de Greenwich.
En el Pacífico ya han desaparecido Tebua Tarawa y Abanuea, que fueron tragadas por el océano en 1999.
Maldivas acabará corriendo la misma suerte, pues ostenta el récord de ser la isla más plana del mundo.
Y plop.
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