Por el momento, hemos asisitido a tres revoluciones industriales. La primera, que tuvo lugar entre 1760 y 1830, terminó con el papel de esclavos y siervos gracias al paso de la producción manual a la mecanizada. La segunda, alrededor de 1850, redujo la dureza de las labores agrícolas y artesanales gracias a la electricidad. La tercera llegó a mitad del siglo XX con la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones.
La cuarta multiplicará la velocidad, el alcance y el impacto de los sistemas que produjo la tercera. Algunos expertos consideran que esta cuarta revolución llegará en una década.
Neurotecnológica
Según palabras Valentín Klímov, participante en la conferencia Neuroinformática 2017 que se celebra en Moscú, y el director adjunto del Instituto de Sistemas Cibernéticos Inteligentes de la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares de Rusia (MEPhI):
Me parece que en los próximos diez años se producirá una nueva revolución: la neurotecnológica. Debe cambiar drásticamente la vida humana. La inteligencia artificial basada en redes neuronales alcanzará la inteligencia humana en lo que se refiere a su desarrollo. Los seres humanos y los ordenadores interaccionarán como iguales y cada uno resolverá sus tareas. Será una simbiosis.
¿Demasiado optimismo? Si está en lo cierto, en breve dispondremos de mucho tiempo libre para llevar a cabo actividades creativas y de ocio. También, probablemente, habrá un gran problema con la falta de puestos laborales. Aunque puede que aparezcan trabajos que no podemos imaginar aún.
Con todo, los beneficios combinados de todos los comercios, cadenas de restaurantes y supermercados de la lista Fortune 500 son menores que los beneficios de Apple por sí sola, pero en Apple trabajan 76.000 personas y en los comercios, supermercados y cadenas de restaurantes trabajan 5,6 millones de personas.
Aunque aparezcan nuevos trabajos, no habrá suficientes trabajos para todos.
La cuarta revolución, sin embargo, abaratará tanto los costes de los bienes y servicios que si disponemos de una renta universal básica quizá vivamos en lo más parecido a unas vacaciones perpetuas.
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