Ya llegamos al final de la ley de Moore, pero que no cunda el pánico

Ya llegamos al final de la ley de Moore, pero que no cunda el pánico
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Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, Hassan Khan, David Hounshell y Erica Fuchs, sostienen que el avance de los microprocesadores enfrenta desafíos nuevos y sin precedentes, pues la ley de Moore parece que ya llega a su fin.

La Ley de Moore es la norma que, durante cinco décadas, ha marcado el destino de los procesadores y chips que llevan los equipos tecnológicos, y que determina que se multiplica la potencia y se divide el coste cada pocos meses, lo que proporciona un crecimiento exponencial de la potencia informática.

Nuevas investigaciones

A pesar de los réditos obtenidos de la ley de Moore, los límites físicos en la miniaturización ya llegan, ya es difícil dar el siguiente paso exponencial. Según Intel, la ley de Moore seguirá vigente aún hasta el año 2023, pero luego se habrá acabado. Para el año 2020, contaremos ya con procesadores de 7 nanómetros, considerado el tamaño mínimo alcanzable.

Llegados a este punto, hay que abrir nuevas vías de investigación, y eso requiere de una fuerte músculo de inversión.

Como explican los autores en su artículo, el progreso en la tecnología de los semiconductores está experimentando un cambio sísmico impulsado por los cambios en la tecnología subyacente y en los mercados finales de los productos. La ciencia subyacente para esta tecnología es aún desconocida, y requerirá fondos de investigación significativos, un orden de magnitud más de lo que se invierte hoy. Sugieren que se necesita financiación de al menos 600 millones de dólares por año, con el 90% de esos fondos de dólares para investigación pública, y el resto muy probablemente para las agencias de defensa.

Con los fondos suficientes, se podrían estudiar convenientemente algunas alternativas a las arquitecturas actuales. Por ejemplo, dotar de una estructura tridimensional a los procesadores, lo que permita incrementar la capacidad de almacenamiento y la velocidad, sin alterar el tamaño físico. También investiga con nuevos materiales y con nuevas disciplinas como la computación fotónica o la prometedora computación cuántica. Para que llegue todo eso, se necesita capital humano, sí, pero también fenicio.

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