Siempre me han atraído las bases aisladas en desiertos de nieve, donde salir por la noche te condena a convertirte en un carámbano de hielo. Esa clase de bases como las que aparecen en la película La cosa. Me gusta la idea de refugiarme allí unos días, en salas llenas de ordenadores y lucecitas de colores parpadeando, o yendo a tomar unas copas al bar improvisado al estilo caribeño para soportar psicológicamente la sensación de aislamiento.
Ahora no es necesario viajar lejos para visitar la primera base Antártica española. Se puede hacer en la misma Barcelona, porque el Museo de la Ciencia de la Obra Social La Caixa abrió ayer sus puertas al público como una pieza más: un sencillo contenedor de seis metros de largo y un mobiliario científico típico de los años 80. Según la directora de la base durante los primeros seis años de la expedición, Josefina Castellví: "He tenido el honor de poder trabajar en un laboratorio natural, porque las condiciones que se dan en la Antártida no pueden reproducirse en ningún otro continente." En definitiva, una razón más para visitar este museo que ya nos sorprendió hace unos meses con Top Ciencia.
Vía | Sinc