Eso es lo que seguramente dirá Aubrey de Grey a su pareja cada vez que se ponga romántico, pero a nosotros no nos engaña. Si lo dice, es porque en el fondo tiene la ilusión de que algún día el ser humano llegue a esa esperanza de vida.
Porque este investigador, antes ingeniero informático y ahora biogerontólogo, dedica sus días a la labor de luchar contra ese proceso degenerativo que es el envejecimiento. Su visión de futuro bien lo resume: vivir mil años con el estado físico de una persona de entre 25 y 30 años.
Tener 25 años durante diez siglos. O lo que es lo mismo, ganarse un epitafio del estilo “Christopher Boone, 1900-2900: ya era hora, hijo mío”.
Siendo la muerte el mayor miedo para tantas y tantas personas, esta expectativa de vida se trataría del mayor avance de la historia de la humanidad, ¿pero estaríamos realmente preparados para ello?
Es decir, ¿estaría el ser humano preparado a todos los niveles? Ya no contemplamos el nivel fisiológico, suponiendo que los científicos lo lograran. Sino a supuestos que no podrían estudiarse hasta que no se diera el caso.
El crecimiento de la esperanza de vida se produciría progresivamente, y poco a poco la gente se iría adaptando a vivir más y más. ¿Existiría un límite psicológico, por ejemplo? Tanto tiempo existiendo da para pensar mucho, sin duda.
Además, este proceso de soplar más y más velas en nuestra tarta de cumpleaños, ¿sería sólo para la sociedad del primer mundo? Quizás sería más interesante aumentar la esperanza de vida de los habitantes del tercer mundo hasta la nuestra, y después preocuparnos en aumentarla en conjunto. ¿Podría darse la situación de que la edad se convirtiera en un bien de lujo?
Pero no nos confundamos, ya que estas investigaciones traerían muchos beneficios para el ser humano: curar el cáncer es un buen ejemplo.
¿Qué os parecería vivir mil años?
Vía | Diario Médico
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