Esta historia empieza hace cerca de 20 años, en la costa sur de Australia. Billie, una delfín enferma y malnutrida, fue rescatada por el personal de un delfinario local, donde pasó unas semanas hasta que estuvo preparada para volver en libertad.
Pues bien, según indican científicos que estudian actualmente el grupo de delfines en el que convive Billie, se ha observado que son capaces de andar con su cola sobre el agua, de la misma forma que enseñan a hacerlo en el delfinario para las exhibiciones ante el público.
Según los investigadores del Whale and Dolphin Conservation Society, nunca se había visto un comportamiento parecido, y creen que este hábito surgió como una forma de "cultura" dentro del grupo.
Billie no fue entrenada en ningún momento, y al parecer, y siempre bajo suposiciones de los investigadores, pudo observar cómo otros delfines aprendían a andar de esa forma tan peculiar. Es una inferencia lógica pensar que si no se había visto antes un comportamiento así en especies salvajes, fue la misma delfín la que instruyó a sus compañeras.
Pero lo que realmente atrae a los investigadores no es que unos delfines aprendan de otros, sino que se han podido observar elementos de lo que entre humanos llamaríamos conducta cultural.
Esta transmisión cultural de ideas y habilidades sólo se había podido documentar en monos, aunque se sabe que delfines del oeste de Australia enseñan a sus pequeños a utilizar esponjas como ayuda para reunir alimento.
Unos delfines con estilo, sin duda.
Vía | BBC News (en inglés)
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