En el vídeo que encabeza el post podéis contemplar cómo los físicos de DARPA apagan un fuego rodeándolo con un campo acústico generado por unos altavoces.
Mediante el uso de frecuencias específicas, el incendio se extingue en un ataque en dos frentes. En primer lugar, el sonido aumenta la velocidad del aire, el adelgazamiento de la capa donde se produce la combustión, por lo que es más fácil de interrumpir la llama. Pero la acústica también perturba la superficie del combustible, lo cual aumenta la vaporización, ampliando la llama y enfriando la temperatura global.
Vía | Newscientist
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