Hace apenas unos minutos, todos hemos podido seguir en directo cómo el director del CERN, Rolf Heuer, hacía la gran declaración que ha suscitado una salva de aplausos: Lo hemos encontrado.
Hemos alcanzado un hito en nuestra comprensión de la naturaleza. El descubrimiento de una partícula consistente con el bosón de Higgs abre la puerta a estudios más detallados, que requerirán estadísticas más completas, que amplíen las propiedades descritas de la nueva partícula, y nos desvelen otros misterios de nuestro universo.
El análisis completo se publicará a finales de julio, pero Fabiola Gianotti, portavoz del experimento ATLAS, ofrece algunos avances:
En nuestros datos observamos claros signos de una nueva partícula compatible con la teoría de Higgs, con un nivel aproximado de 5 sigma [99,977% de eficiencia], en la región de masa alrededor de los 126 GeV. El increíble rendimiento del LHC y el ATLAS y los enormes esfuerzos de mucha gente nos han traído a este excitante punto, pero hace falta un poco más de tiempo para preparar estos resultados cara a su publicación.
El Modelo Estándar describe las partículas de todo cuanto nos rodea, incluso de nosotros mismos. Toda la materia que podemos observar, sin embargo, no parece significar más que el 4% del total. Higgs podría ser el puente para comprender el 96% del universo que permanece oculto.
Por cierto, aprovecho para explicaros por qué se la llama La partícula de Dios. En años 90, el premio Nobel Leo Lederman decidió escribir un libro de divulgación sobre la física de partículas. Lederman se referió allí al bosón de Higgs como “The Goddamn Particle” (“La Partícula Puñetera”) por lo difícil que resultaba detectarla. El editor del libro decididió cambiar el término “The Goddamn Particle” por “The God Particle” y así “La Partícula Puñetera” se convirtió en “La Partícula de Dios”.
En Xataka Ciencia | Todas las noticias sobre el bosón de Higgs
Ver 22 comentarios