Los hay con orejas de soplillo, a los que llamaban Dumbo en el colegio. También los hay con orejas pequeñas. Otros tienen orejas que más bien parecen al radiotelescopio de Arecibo. En definitiva, tanta variedad de oreja supone un problema para los fabricantes de auriculares, por ejemplo.
Así que en 1990 se fabricó la primera oreja platónica, ideal, estándar, avalada por la Comisión Electrotécnica Internacional.
Sin embargo, un pequeño defecto en las mediciones hizo que esa oreja no fuera tan perfecta como se creía: el proceso de escaneo de la oreja se realizó a intervalos de 2 mm (Es decir, se escanearon planos conteniendo una especie de “mapa topográfico” de la oreja), y aunque esta distancia es muy pequeña, no lo fue suficiente: cuando distintas marcas reconstruyeron la oreja: cada una ellas interpretó y rellenó ese espacio de manera diferente.
Recientemente, el error ha sido corregido con un nuevo prototipo creado por el Laboratorio de Física de Nueva Inglaterra. Su nombre es IEC TR 60959 u “oreja tipo oficial”. No corresponde a ninguna persona concreta, sino que fue creada a partir de las orejas de diversos voluntarios, para así llegar a definir el tamaño medio del pabellón auditivo.
Vía | New Scientist / Gizmodo
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