Supongo que la mayoría de gente habrá escuchado la típica historia del náufrago que, tras días en una barca sin comida ni bebida, decidió beber agua de mar, y murió al poco tiempo.
Lo que quizás no todos sabemos es que, irónicamente, al beber agua de mar, morimos deshidratados. ¿Cómo se entiende?
Van bien encaminados los que piensan que tiene que ver con la concentración de sal del agua marina. Porque debido a ésta, y al proceso de ósmosis, se pierde el agua en nuestras células. Entendamos porqué.
Nuestras células tienen una membrana semipermeable. Esto quiere decir que permitirá pasar sólo a determinadas sustancias, que en función de su naturaleza, tendrán mayor o menor acceso. El agua es una de estas sustancias que no tienen dificultades para cruzar la membrana.
Pues bien, una de las propiedades de las células de nuestro cuerpo es que realizan la ósmosis. Y qué es la ósmosis, os preguntareis.
Para entenderlo de una forma clara, imaginemos un montón de células dentro de una solución acuosa, por ejemplo agua. Estas células tienen agua en su interior, e intentarán en todo momento que su concentración sea la misma que el agua del exterior.
Ahora imaginemos que echamos sal en la solución acuosa. Su concentración de sal será mayor, y las células querrán lograr ese mismo estado. ¿Y cómo lo harán? Pues expulsando agua, para que así la concentración de agua aumente, y se igualen.
Y de esta forma, tendremos una célula deshidratada.
Qué sed me ha entrado de golpe.
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