El ancho mundo es tan extraño que en el caben incluso montañas que funcionan al revés o caminos que parece que trazan una pendiente ascendente que en realidad es descendente. Basta con tirar una pelota para comprobarlo.
Se llaman colinas magnéticas, y están en muchos países del mundo.
¿Qué es una colina magnética?
La calle más empinada del mundo es Baldwin Street, en la ciudad de Dunedin, en Nueva Zelanda. La calle tiene una longitud de 350 metros y cuenta con una inclinación máxima de 19 grados. Esto significa que su desnivel es del 35 por ciento y, en consecuencia, por cada 2,86 metros que se caminan se asciende un metro. En esta calle no hay duda posible: está inclinada. Mucho.
Pero también hay calles o caminos que parecen inclinados, pero que en realidad no te caes por ellos, sino que asciendes. Al fenómeno se le conoce con nombres diversos: colinas antigravitatorias, colinas misteriosas, montañas magnéticas o colinas de ingravidez. Pero en realidad estos lugares no violan las leyes de la gravedad ni están sometidos a algún campo de energía telúrico, sino que violan nuestros sentidos.
El principal factor de los lugares que parece que suben cuando en realidad bajan es la ausencia de referencias de horizonte que impiden al observador la correcta definición de las pendientes de la colina. La ilusión es similar a la Habitación de Ames, en el cual las esferas también parecen rodarse en contra de la gravedad.
Ver 5 comentarios