El Sol tiene una temperatura en su superficie de unos 5800 grados Kelvin, unos 5500 ºC (0ºC son 273 K exactamente), mientras que la temperatura interior sube hasta los aproximadamente 15 millones de Kelvin. Esta temperatura supera con creces cualquier temperatura que pudiera darse de manera natural en nuestro planeta, lógicamente, pero resulta que investigadores del Sandia National Laboratories han logrado eperimentar en laboratorio temperaturas de más de 3.600 millones de grados. Lo curioso/sospechoso del tema es que no saben exactamente cómo lo han logrado.
Según se sabe, es posible y perfectamente normal conseguir temperaturas del orden de cientos de millones de grados mediante reacciones termonucleares. Los trabajos con la máquina Z parece que han llevado a conseguir temperaturas un orden de magnitud superiores (un orden de magnitud es la clase de escala de cualquier cantidad. En base diez, los órdenes de magnitud difieren en un factor de 10, es decir, 100 es un orden de magnitud mayor que 10). La máquina Z, de la que podemos hablar en otra nota para no mezclar temas, ha conseguido, por ejemplo, acelerar una placa de 850 nm de grosor a 10 elevado a 10 G (donde G es la fuerza de la gravedad en la Tierra, aproximadamente 9,81 metros por segundo, al cuadrado). Las implicaciones de esto son espectaculares, pero como digo, dan para otra historia diferente.
Aplicando millones de Amperios de electricidad a unas agrupaciones de finísimos hilos de tungsteno, se consigue que cambien a estado de plasma, disolviéndose en una nube de partículas cargadas que son posteriormente comprimidas por la acción de un enorme campo magnético. Por tan tremenda compresión, la nbe de plasma emite energía en la forma de rayos X, aunque éstos no superan normalmente unos pocos millones de gardos de temperatura. No saben exactamente cómo se han logrado los 3.600 millones de grados, especulan que quizás por la sustitución de los hilos de tungsteno por otros de mayor grosor, que resultan en mayor velocidad de los iones en estado de gas y una mayor temperatura, o bien que haya una suerte de reacción nuclear que aporte más energía de la que inicialmente se tiene en el sistema.
Vïa | LiveScience