Aunque los libros de cocina son taxativos con los tiempos de cocción de los alimentos, lo cierto es que éstos cambian dependiendo de la altura a la que nos encontremos.
Cuanto mayor sea nuestra altura, más lento se hervirá un alimento. Y también el punto de ebullición será más bajo.
El profesor de Química de la Universidad de Pittsburg Robert L. Wolke lo expresa así:
Aunque no hay una gran diferencia, nuestro huevo de tres minutos tardará un poco más en hacerse si lo hervimos en México DF.
México DF está a unos 2.450 metros más elevada que cualquier cocina de Nueva York. Cuando el agua bulle en Nueva York está siempre un poco más caliente que cuando bulle en México DF.
Si el agua hierve a 100 grados en Nueva York, lo hará a 93 grados en México DF.
Y es que la altitud influye en esto porque, según la altitud, hay más o menos presión. Cuando aumenta la presión sobre un líquido, el punto de ebullición también aumenta. Al estar a una presión de 1 atmósfera, el agua hierve a 100 grados. Pero a una presión de 217 atmósferas, el punto de ebullición alcanza su valor máximo: 374 grados.
Así que imaginad lo lento que puede llegar a ser cocinar un guiso a 5.000 metros de altura. La verdad es que algunos libros de cocina muy completos añaden esta información extra en sus recetas. E incluso se pueden usar termómetros internos de alimentos para asegurarse de que, por ejemplo, la carne está bien hecha. También existen ollas de vapor para ser utilizadas en montaña (normalmente en campos base).
Por el contrario, si usáis un microondas, os llevará menos tiempo cocinar en la cima de una montaña que al nivel del mar. Esto sucede porque los líquidos se evaporan más rápidamente a grandes alturas.
Vía | USDA
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