Es capaz de ver información de luz, contar y almacenar en su propia estructura. Son las funciones neuronales que puede simular este transistor basado en puntos cuánticos, tal y como revela un artículo publicado en la revista Nano Letters.
El transistor tiene partes micrométricas y nanométricas.
Crecimiento epitaxial
El transistor ha sido concebido gracias a una técnica llamada crecimiento epitaxial, que consiste en recubrir un sustrato de cristal con una película delgada. En este substrato microscópico, las gotitas nanoscópicas de arseniuro de indio actúan como puntos cuánticos, confinando electrones en estados cuantificados.
Tal y como explica Victor López Richard, profesor del Departamento de Física de UFSCar (Universidad Federal de São Carlos) en Brasil y uno de los coordinadores del estudio:
La característica clave de nuestro dispositivo es su memoria intrínseca almacenada como una carga eléctrica dentro de los puntos cuánticos. El desafío es controlar la dinámica de estas cargas para que el transistor pueda manifestar estados diferentes. Su funcionalidad consiste en la capacidad de contar, memorizar y realizar las operaciones aritméticas simples normalmente realizadas por las calculadoras, pero utilizando incomparablemente menos espacio, tiempo, y poder.
Por ahora, funciona sólo a temperaturas extremadamente bajas, aproximadamente la temperatura del helio líquido: 4 Kelvin.
Nuestro objetivo es hacer que funcione a temperaturas más altas e incluso a temperatura ambiente. Para ello, tendremos que encontrar una manera de separar los espacios electrónicos del sistema lo suficiente para evitar que se vean afectados por la temperatura. Necesitamos mayor control refinado de la síntesis y técnicas de crecimiento de material con el fin de afinar los canales de carga y descarga. Y los estados almacenados en los puntos cuánticos tienen que ser cuantificados.
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