Einstein ya se dio cuenta: si subes a una escalera, envejecerás más deprisa. Ello se debe a que, cuanto más fuerte sea el campo gravitatorio, más rápido será el movimiento y mayor la dilatación temporal (es decir, más despacio transcurrirá el tiempo).
O sea, que cuanto más lejos estemos de una fuente gravitatoria (es decir, cuanto menos experimentemos la fuerza de la gravedad), más rápidamente transcurrirá el tiempo para nosotros. Al subir una escalera, nos alejamos de la Tierra, y por eso la fuerza de gravedad que actúan sobre nosotros disminuye. Físicos del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) han demostrado que este efecto también sucede con una diferencia de altura de solo 33 centímetros.
Por ejemplo, si subimos hasta la última planta del Empire State Building, que está a 380 metros de altura, y permaneciéramos allí durante 79 años… perderíamos 0,000104 segundos de nuestra vida.
No es demasiado tiempo, ni siquiera el suficiente para pestañear, pero a mayor altura las cosas pueden ser más significativas. Por ejemplo, en los satélites GPS, que están a una altura de 20.000 km, deben adelantarse los relojes 45 microsegundos al día. Si no se hicieran este tipo de correcciones, en 2 minutos la lectura de un GPS se volvería imprecisa. Al día, habría errores de 10 km al fijar una posición.
Si nos fuéramos a Marte, al ser un planeta más pequeño y ligero que la Tierra, y por tanto con una gravedad inferior (dos quintas partes la nuestra), envejeceríamos más rápido que aquí. De hecho, la superficie de Marte es 3 años más vieja que la superficie de la Tierra debido a la dilatación temporal gravitatoria.
En el extremo contrario, existe un lugar donde envejeceríamos mucho más lentamente. El otro día os hablé de él, en el artículo Comparando una estrella de neutrones con Manhattan. En efecto, una estrella de neutrones es un lugar ideal para mantenerse joven y lozano (respecto a los que vivimos en la Tierra), el lugar donde se irían a mudar los adictos al botox (si pasarían un tiempo en la estrella, y luego volverían a la Tierra para restregarnos su juventud), la residencia de la tercera edad ideal.
Las estrellas de neutrones son tan densas que una simple cucharadita de la materia superdensa de una estrella de neutrones puede pesar cientos de millones de toneladas. La estrella de neutrones más masiva que se ha visto nunca fue referida en 2010 por un grupo internacional de astrónomos: un púlsar que está a 3.000 años luz de la Tierra y que gira sobre sí mismo 317 veces por segundo. Una gravedad tan extrema desemboca en una enorme dilatación temporal. De promedio, el tiempo que experimenta un observador en el espacio por cada 60 minutos que alguien se encuentra en una estrella de neutrones es de 65 minutos.
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