Un tubo de ensayo de Pyrex (con índice de refracción de 1.47) o con cualquier cacharro de cocina de Pyrex sirve para hacer el siguiente experimento de invisibilidad. Llenaremos el recipiente de aceite vegetal o glicerina y agua.
Lo que ocurre es que los rayos de luz mantienen sin desviación ni absorción su trayectoria de la fuente a nuestro detector (ojo, objetivo de la cámara, etc.). Nuestros ojos y las cámaras fotográficas pueden captar la desviación de la luz y la absorción de su intensidad; estas dos cantidades en los haces de luz son las que nos permiten principalmente identificar objetos. Cuando son tales cualidades no varían, es imposible “ver” un objeto que esté intermedio.
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