Según un nuevo estudio publicado en Nature, las habilidades no cognitivas (como la curiosidad, la motivación, la persistencia, la determinación, el autocontrol, la mentalidad de crecimiento...) representan más de la mitad de la influencia genética total en el logro educativo y la obtención de mejores trabajos y mayores ingresos.
Concretamente, en el estudio se identificaron 157 loci significativos en todo el genoma y una arquitectura poligénica que representa el 57% de la varianza genética en el logro educativo.
Arquitectura genética de los rasgos
Según el estudio citado, la genética no cognitiva se enriqueció en los mismos tejidos cerebrales y tipos de células que el rendimiento cognitivo, pero mostró diferentes asociaciones con los volúmenes cerebrales de materia gris.
En general, la genética de las habilidades no cognitivas se asoció con una mayor tolerancia a los riesgos, una mayor disposición a renunciar a la gratificación inmediata, un comportamiento menos arriesgado para la salud y un retraso en la fertilidad.
Los investigadores también observaron que la genética de habilidades no cognitivas se asociaba con una constelación de rasgos de personalidad vinculados con el éxito en las relaciones y en el trabajo, como ser curioso y estar ansioso por aprender, ser más estable emocionalmente y ser más trabajador y ordenado.
La genética de habilidades no cognitivas que se asociaron con el logro educativo también se relacionó con un mayor riesgo de esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo y anorexia nerviosa.
La investigación proporciona evidencia para la idea de que heredar genes que afectan otras cosas además de la capacidad cognitiva es importante para comprender las diferencias en los resultados de la vida de las personas.
GWAS
Los investigadores aplicaron un nuevo método estadístico para desarrollar una comprensión de la esencia de las habilidades no cognitivas y cómo las correlaciones genéticas con las habilidades no cognitivas divergían de las correlaciones genéticas con las habilidades cognitivas, medidas mediante pruebas estandarizadas de CI: la asociación de todo el genoma (GWAS) del logro educativo.
En el GWAS se toman muestras de todas las personas y se examina todo su ADN en busca de algo que sea coincidente en todos ellos. Esta coincidencia no nos indica necesariamente algo sobre la causa última, sino que hay una característica genética común que podría estar proporcionado el rasgo.
El primer GWAS se publicó en una fecha muy reciente, 2005, tras escanearse el genoma de 93 personas que padecían una enfermedad de la retina. Sobre el papel, el GWAS parece una solución elegante, pero el problema es que la cantidad de datos es inabarcable. Por ejemplo, simplemente para buscar genes relacionados con la altura, se llevó a cabo un examen de 183 727 personas diferentes. El estudio requirió la participación de 280 autores. Los resultados aparecieron publicados en Nature en el año 2010, sugiriendo que solo en la altura estaban implicados cientos de variantes genéticas, y además esas variantes solo explicaban el 10 por ciento de las diferencias en la altura.