La tómbola genética determina en gran parte lo que somos, nuestras inclinaciones naturales, nuestras destrezas, nuestras aspiraciones… básicamente todo. La clave es el “en gran parte”: no sabemos a ciencia cierta qué parte es ésa, qué tamaño tiene, cuánto comparte con el ambiente, la crianza y la cultura, ni hasta qué punto está tan imbricada con ella que, en puridad, estemos hablando de la misma cosa.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que hay determinados rasgos que son heredables, y que hay tres maneras de saber si un rasgo se puede heredar o no.
Primera forma
Podemos analizar correlaciones de rasgos entre gemelos idénticos, es decir, univitelinos (son clones naturales), que al nacer han sido separados y criados aparte. Es decir, dos personas que tienen genes idénticos, pero ambientes distintos.
Segunda forma
Comprobar si hay mayor correlación entre gemelos idénticos que entre gemelos fraternales (comparten solo la mitad de los genes variables y casi todo el entorno familiar).
Tercera forma
Comprobar si hay mayor correlación entre hermanos biológicos (comparten la mitad de los genes y la mayor parte del ambiente familiar) que entre hermanos adoptados (comparten gran parte del entorno familiar pero no los genes variables).
¿Cuál es mejor?
Ninguna forma es mejor que la otra, todas tienen sus pros y contras. Pero precisamente como sus pros y contras son distintos, si las formas convergen entonces es que hay bastante evidencia de que el rasgo que estemos analizando es heredable. Por ejemplo, tal y como señala el psicólogo cognitivo Steven Pinker en su libro Los ángeles que llevamos dentro:
Estos métodos han puesto de manifiesto que la personalidad antisocial y la tendencia a los problemas con la ley presentan un componente heredable importante, si bien a veces sus efectos dependen de características del entorno. En un amplio estudio de 1984 con adoptados daneses, entre los adolescentes y adultos jóvenes criados en familias con un padre adoptivo que hubiera sido condenado por un crimen, aproximadamente el 25 % de los hijos biológicos de criminales habían sido condenados por algún delito, mientras que esto pasaba sólo en el 15 % de los hijos biológicos de padres no criminales.
Debido a que es tan difícil encontrar a gran cantidad de gemelos para llevar a caboe experimentos, uno de los lugares donde se reúnen más científicos para encontrarlos es en Twinsburg, en Ohio, Estados Unidos, a lo largo de un festival dedicado a los gemelos. La razón es que el nombre del pueblo (twin, gemelo) inspiró a un grupo de personas a celebrar en 1976 un festival anual donde todos los gemelos del mundo están invitados.
En esa primera edición del evento se presentaron en Twinsburg nada menos que 37 parejas de gemelos. En 1985 ya acudieron más de 1.000 parejas. Actualmente, el festival es la mayor concentración de gemelos del mundo. Además de atracciones diversas, barbacoas y demás, durante la celebración de la feria se disputan concursos entre los gemelos que asisten, como el premio a los gemelos más parecidos entre sí (y también a los menos parecidos). Y, naturalmente, destacamentos de científicos que realizan experimentos in situ o llenan sus agendas de contactos para futuros encuentros.
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