Financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa (DARPA), se está valorando estos días un controvertido proyecto de investigación del Pentágono llamado Insect Allies ("Insectos Aliados").
El proyecto implica el uso de técnicas de edición de genes como CRISPR para infectar insectos con virus modificados que podrían ayudar a que los cultivos estadounidenses sean más resistentes.
Ataque vírico
Pensemos por ejemplo que un campo de maíz es asolado por una sequía inesperada o repentinamente expuesto a un patógeno. El proyecto anteriormente mencioado podría desplegar un ejército de áfidos que portasen un virus genéticamente modificado para reducir la velocidad de crecimiento de la planta de maíz.
Estas "terapias dirigidas" podrían tener efecto en una sola temporada de crecimiento, protegiendo potencialmente al sistema de cultivos estadounidense de amenazas a la seguridad alimentaria como enfermedades, inundaciones, heladas e incluso "amenazas introducidas por actores estatales o no estatales".
La comunidad científica, sin embargo, se muestra escéptica. En una carta publicada la revista Science, un equipo de cinco científicos expresó su preocupación de que el proyecto podría explotarse fácilmente como un arma biológica, o al menos ser percibido como una por la comunidad internacional.
Insect Allies aún se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, y al menos cuatro universidades estadounidenses (el Instituto Boyce Thompson, la Universidad Estatal de Penn, la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Texas en Austin) han recibido fondos para realizar investigaciones al respecto.
Imagen | minagricultura