Somos más de papá que de mamá, al menos si atendemos estrictamente a la herencia genética. Es lo que sugiere un estudio llevado a cabo por la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos y que se compete a todos los mamíferos en general.
A pesar de que heredamos más ADN del padre, los mamíferos heredamos el número de mutaciones equivalente tanto del padre como de la madre.
ADN paternal
La clave de esta investigación realizada hace algo más de un año es la Collaboration Cross, una población de ratones que es la más diversa genéticamente del mundo, y que se genera, alberga, y distribuye desde la UNC. Los ratones de laboratorio tradicionales son mucho más limitados en su diversidad genética, por lo que su uso en estudios de este tipo es limitado.
Según explica Fernando Pardo-Manuel de Villena, director de la investigación, que ha sido publicada en la revista Nature Genetics:
Es un hallazgo excepcional que abre la puerta a una nueva área de exploración en genética humana.
Y es que gracias a este hallazgo, será posible seguir mejor la pista a enfermedades comunes, como los trastornos cardiacos o la diabetes, que surgen por la expresión combinada de cientos o miles de genes. De esta manera, si una persona tiene un antecedente de que el su padre tuvo un cáncer gástrico, por el hecho de tener este antecedente, sí tiene mayores riesgos que cualquier otra.
Imaginemos que un determinado tipo de mutación es malo. Si se hereda de la madre, el gen no se expresa tanto como si se hereda del padre.
Los cánceres hereditarios que más se han estudiado hasta el momento son el de mama y el colorrectal.
Con todo, Según el libro Destinados por el azar, del investigador Alfonso Jiménez, el genoma que nos transmite nuestro padre no es ni el que recibió de su padre ni el que obtuvo de su madre ya que entre ambos lo hicieron a él. Lo que ocurre es que nuestro padre nos transmite una nueva combinación del genoma, es como, si heredáramos un genoma original y lo mismo ocurre con la madre.
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