«Winter is Coming» tiene un equivalente en el mundo real: Hongerwinter, es decir, el Invierno del Hambre, que tuvo lugar entre 1944 y 1945 en Holanda.
No fue la primera ni la más insidiosa hambruna de la historia de la humanidad: las intensas lluvias de principios del año 1300 redujeron las cosechas de tal modo que murió la cuarta parte de toda la población europea. Pero el Invierno del Hambre nos demostró hasta qué punto el hambre puede cambiar a la humanidad, e incluso afectar a los hijos de los hijos de los hijos, por vía genética.
Esta hambruna fue única cuando esta ocurrió en un país moderno, desarrollado y alfabetizado, sufriendo bajo las privaciones de ocupación y guerra.
Por esa razón, los investigadores del AMC (Centro Médico Académico de Ámsterdam) pudieron estudiar el llamado Hongerwinter para demostrar cómo el hambre afecta a la programación fetal. Los niños no solo nacían con poco peso debido al hambre de sus padres, sino que mostraban mayor propensión al comportamiento antisocial y a padecer obesidad.
La actriz Audrey Hepburn, por ejemplo, pasó su infancia en los Países Bajos durante estos hechos. Durante su vida sufrió anemia, y enfermedades respiratorias, y su posterior depresión clínica durante su edad adulta ha sido atribuida a la desnutrición que padeció a edades tempranas.
Imagen | JohnGoode
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