Alrededor de 4,5 toneladas de salmón genéticamente modificado ya se han puesto a la venta en Canadá por parte de AquaBounty Technologies, una compañía de Massachusetts.
El salmón común o del Atlántico (Salmo salar) es el primer espécimen transgénicos que se comercializan para el consumo humano, a un precio de 11,70 dólares por kg.
El salmón de AquaBounty Technologies incorpora ADN del salmón real (Oncorhynchus tshawytscha), una especie gigante del océano Pacífico, y del pez Zoarces americanus, aportaciones genéticas que afectan al funcionamiento de la hormona del crecimiento, lo que permite que crezcan al doble de velocidad (de 3 años, se pasa 18 meses).
A pesar de que son indistinguibles biológicamente de los peces no modificados, se ha tardado 28 años en aprobar su venta tras exámenes jalonados de obstáculos regulatorios, recelos de los consumidores y protestas de organizaciones ecologistas.
Con todo, algunas organizaciones aún desconfían de este nuevo producto por su impacto medioambiental: se teme que pueda escaparse de las piscifactorías y produzca un impacto negativo en los ecosistemas naturales. Según la empresa Aquabounty, ello es improbable, y además estos nuevos salmones aarrean menos riesgo de ser afectado por parásitos y patógenos que los salmones convencionales, entre otras ventajas.
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