Un ojo humano es capaz de ver un objeto de unos 10 metros a una distancia de 36 kilómetros. La anchura de la Gran Muralla, sin embargo, es de unos 2 metros de anchura. Así que, a pesar de la leyenda urbana, la Gran Muralla no es algo que se pueda ver desde el espacio.
Sin embargo, sí que podemos ver muchas otras obras del ser humano (como las Pirámides) o accidentes geográficos. El más grande jamás descubierto desde el espacio, de hecho, se localizó en 1965.
Situada en la parte del desierto del Sáhara que pertenece a Mauritania, la estructura de Richat es una cuenca sendimentaria circular con varios anillos y un diámetro de unos 50 kilómetros. Considerada en el pasado un cráter ocasionado por un impacto, ahora se considera que son los restos erosionados de una cúpula sedimentaria elevada.
Los astronautas estadounidenses Jim McDivitt y Ed White descubrieron esta singular "diana" desde la órbita en la misión Gemini 4, en junio de 1965.