En el Desierto de Yucca Flat, Nevada, hay un enorme cráter artificial, el más grande del mundo, que el 6 de julio cumplió 55 años.
El cráter fue producto de la enorme explosión de una bomba atómica de 104 kilotones que fue detonada en el subsuelo el 6 de julio de 1962. Pero el objetivo de la explosión no tenía fines militares. Así nació el cráter Sedán.
Minería
La explosión levantó una cúpula de tierra de 88.392 metros cúbicos sobre el suelo, removiendo y expulsando más de 11.000 toneladas de tierra. El cráter resultante alcanzó los 100 metros de profundidad con un diámetro de aproximadamente 390 metros.
El objetivo era un experimento de la Operación Plowshare, un programa para investigar el uso de armas nucleares para la minería y la construcción de grandes infraestructuras con menores costes.
El crátrer fue utilizado como lugar de entrenamiento por astronautas del programa Apolo, y recibe un buen número de turistas al año, pues está listado en el Registro Nacional de Lugares Históricos de Estados Unidos.
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