Los sismólogos de la Universidad de California en Santa Cruz, Emily Brodsky y Thorne Lay aseguran que terremotos como el de 8,2 grados sucedido en abril en Chile podrían predecirse, según muestran en un artículo publicado en la revista Science.
Según los propios Brodsky y Thorne Lay: los modelos estadísticos de los terremotos que interactúan sugieren que los grandes terremotos son más probable que ocurra cuando la actividad regional sísmica es alta.
Sin embargo, a pesar de que los pequeños terremotos a menudo preceden a los grandes, esto no es siempre así, el truco es averiguar cuando son un signo de que algo peor está por venir.
Los estudios de Brodsky y de Lay se basan en el análisis de la actividad sísmica reciente junto con la historia de los terremotos de gran escala de la zona. En cuanto a la actividad que precedió al terremoto del uno de abril en el norte de Chile y al terremoto que afectó en el 2011 a la provincia japonesa de Tohoku, encontraron que la combinación de señales sísmicas con el contexto tectónico puede proporcionar una guía en cuanto a si tales secuencias son preámbulos que preceden a un inminente gran terremoto.
Cuando una serie de sismos ocurren en una zona donde el límite de placa está bloqueada por la fricción, como ocurrió en Japón y en Chile, lo más probable es que estos sismos sean los precursores de un terremoto mayor. En el norte de Chile, casi dos semanas de moderados a grandes terremotos en el mar precedieron al terremoto principal. Por otro lado ni en el norte de Chile ni en Tohoku se habían producido terremotos en más de un siglo.
Al comparar estos dos casos con una serie de terremotos, que no finalizaron en un gran sismo, en la región chilena de Coquimbo en 1977, donde en 1943 se produjo un fuerte terremoto, Brodsky y Lay indican que esto es una evidencia para apoyar la teoría de que una mayor presión, debida a los límites de las placas bloqueadas donde se producen secuencias de pequeños sismos presagian un terremoto de grandes proporciones. Mientras que en las áreas que donde se han experimentado recientemente grandes terremotos existe menor probabilidad de producirse grandes movimientos.
De momento aún no han conseguido la fórmula perfecta para vaticinar estos desastres, pero han llegado a la conclusión de que hay posibilidades de poder predecirlos y que existen motivos para el optimismo.
Según el propio Lay: La única manera de determinar si son predecibles es añadir dispositivos para la medición de la actividad sísmica en la costa, donde es más probable que se encuentren indicios de alerta temprana. Aunque esto sea una gran inversión su investigación es un llamamiento para mejorar la instrumentación.
Vía | CBSNews
Ver 4 comentarios