Michael Palin, uno de los integrantes del célebre grupo cómico Monty Python, actualmente es un gran viajero y divulgador. John Cleese, también uno de los integrantes de Monty Python, ha sido decano de la Universidad de Saint Andrews. Stephen Fry también divulga ciencia. El monologuista británico Tim Minchin es capaz de hacernos reír a la vez que combate pseudociencias. John Lloyd, el productor y guionista de series desopilantes como Black Adder, es actualmente autor de libros de divulgación científica.
Ahora tratemos de listar los cómicos que en España han hecho algo por la divulgación científica, o que hayan encaminado sus pasos hacia la ciencia de algún modo. Tras reflexionar un rato, seguramente veríamos pasar una bola de paja, como en las películas del Oeste. Sin embargo, este tópico empieza a derrumbarse con el libro Ciencia optimista, de Josep Maria Mainat.
A quien no le suene (aunque si ha vivido en Cataluña sería muy raro que fuera así), Josep Maria Mainat es uno de los integrantes del grupo musical y cómico catalán La Trinca (1969-1989). También ha estado al frente de la productora Gestmusic (1986-2010), a quién le debemos innumerables programas de televisión.
Desde hace unos años, Mainat colabora en un programa de Rac1 en el que mantiene una sección de ciencia en la que desgrana los últimos avances en este campo, siempre desde un punto de vista optimista, huyendo de ese neoludismo trufado del síndrome de Frankenstein que aqueja a la mayoría de comunicadores al hablar de la tecnología que viene.
Pudiera parecer que Mainat ha decidido hablar de ciencia por capricho, pero buceando en su biografía descubrimos que siempre fue un geek, incluso antes de que la palabra se pusiera de moda. Es experto programador informático, habla seis idiomas, ha acudido a la Singularity University de NASA y Google y, tras haber escrito Ciencia optimista, podemos constatar que está ampliamente informado sobre todo lo tocante a la ciencia y la tecnología. Y, sobre todo, y lo más importante: pone pasión en lo que hace.
Como si fuera deudor de Monty Python, el libro está repleto de chistes, humor gráfico, fotografías y mucha retranca. Para que sea todavía más fácil de leer, sin huir del rigor, Mainat sí que ha espantado la terminología demasiado compleja. Todo está explicado con suma facilidad, digerible para todos los públicos (incluso para niños, si están acompañados de unos padres que les orienten). De hecho, el texto no es un largo monólogo, sino un diálogo en el que Mainat se somete a las preguntas y dudas de un supuesto lector.
En la charla que mantuvimos con Mainat, éste nos aseguró que el libro podría tener muchos más capítulos de los que ya tiene, y abordar más temas, además de la nanotecnología, la computación, la realidad virtual y otras tecnologías que cambiarán el mundo en apenas quince o veinte años. También nos dijo que ha escrito el libro en castellano y en catalán de forma independiente, sin que constituyera una traducción exacta. Y que, habida cuenta de su experiencia como productor televisivo, no podía faltar una adaptación televisiva del libro, del que ya han grabado un piloto.
Para Mainat, la tecnología que más va a evolucionar en los próximos quince años es la genética. Y los coches autónomos evitarán que nuestros hijos conduzcan, se maten, produzcan atascos y contaminen tanto como lo hacen. También sostiene que la tecnología es lo que subsanará el gran problema del medioambiente, por delante de la política. Y que todos nos adaptaremos a todos estos cambios que se avecinan mucho más rápido de lo que creemos: solo hay que echar un vistazo a una tecnología tan reciente como el smartphone, que hasta usa ya nuestra abuela, para comprobarlo.
Los divulgadores favoritos de Mainat (aunque siempre lleva encima un lector electrónico con cientos de títulos) son deGrasse Tyson, José María Neira, Michio Kaku y, por supuesto, Peter H. Diamandis y Ray Kurzweil, dos autores de los que ya hemos hablado por aquí y que también abogan por una visión optimista de la tecnología; ña idea de que la tecnología está a punto de cambiar el mundo más de lo que lo ha hecho nunca antes, tal y como podéis empezar a leer en El STEM está cambiando el mundo mucho más de lo que crees.
Ciencia optimista, pues, no solo es un libro para aprender toda clase de cosas sobre el mundo, un libro lleno de curiosidades y de información importante que apenas es relevante en los medios de comunicación masivos. También es un libro para reír y sonreír, por sus chistes gráficos y la retranca del autor. Pero, sobre todo, para sonreír ante el futuro casi utópico que se nos avecina.