Muchas de las enfermedades conceptuadas como tal por la psiquiatría tal vez dejarán de serlo cuando aprendamos un poco mejor cómo funciona el cerebro, así cómo se establece la interacción entre cerebro y entorno. Algo similar a lo que ha sucedido al retirar como enfermedad mental a la homosexualidad.
Ésta es, a grandes rasgos, la tesis central que se defiende en El poder de la neurodiversidad, de Thomas Armstrong.
A lo largo de cada capítulo, Thomas Armstrong argumenta que tal vez estamos uniformizando demasiado el funcionamiento del cerebro, categorizando de un modo un tanto cuadriculado lo que es malo o bueno, y con ello estamos también perdiéndonos habilidades intelectuales o vetas culturales que quizá solo prosperarán en individuos que sean radicalmente diferentes o “enfermos”.
En El poder de la neurodiversidad se abordan siete trastornos: autismo, TDAH, dislexia, trastornos del ánimo, trastornos de la ansiedad, discapacidad intelectual y esquizofrenia.
Aparte de ello, Armstrong también ha escrito un estupendo libro de divulgación de neurociencia, por ello nos ha inspirado para escribir artículos como El cerebro no es hardware ni software: es wetware o ¿Todos estamos locos?
El sumario del libro es el siguiente:
- Neurodiversidad: ha llegado el momento de un nuevo concepto
- La alegría del cerebro hiperactivo
- El lado positivo de ser autista
- Un tipo diferente de estudiante
- El don de ánimo
- Las ventajas de la ansiedad
- El arcoíris de inteligencias
- Pensar en una clave diferente
- Neurodiversidad en el aula
- El futuro de la neurodiversidad
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