¿Alguna vez habéis estornudado cuando el sol os toca en la cara? No es nada extraño. Alrededor de una cuarta parte de las personas experimentan este fenómeno, que se conoce de diversas maneras: reflejo del estornudo fólico, reflejo de estornudo solar, reflejo de estornudo por luz brillante o, agarraos, síndrome de estornudos heliooftálmicos incoercibles autosómico dominante. Tal y como se señala en el libro: “Aunque la causa exacta de este fenómeno no se conoce, puede deberse a un cruce en el cerebro de señales reflejas de la vista y el olfato“.
Porque de eso trata Escucha tu cuerpo, de Joan Liebmann-Smith y Jacqueline Nardi Egan. Una guía para indagar sobre tu cuerpo con una lupa holmesiana. El problema, sin duda, es que tanto leer sobre enfermedades puede hacerte proclive a creer que las padeces, incluso puedes llegar a somatizarlas. Así que este libro no está recomendado para hipocondríacos… o la próxima vez que estornudéis tres veces seguidas, achís, achís, achís, creeréis que estáis siendo víctimas de un derrame cerebral.
Doy fe de ello. Aunque también de que el libro nos ha inspirado para escribir artículos como Un puñado de cosas que no sabías sobre tu saliva, Olores asquerosos que solo tú puedes oler o ¿Por qué tenemos cera en los oídos?
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