La publicación de este libro no estuvo exenta de polémica. Y es que Falacias de la psicología, del alemán Rolf Degen, arremete contra gran parte de la psicología que damos por veraz con una contundencia que no dejará a nadie indiferente.
No en vano, Degen arremete contra vacas sagradas como que la meditación es capaz de producir un estado insólito de relajación corporal y mental. Como que las personas que están bajo hipnosis pueden realizar cosas extraordinarias. Como que siempre hay que procurar tener una autoestima elevada. Como que los medios de comunicación (anuncios, películas violentas y demás) tienen un efecto poderoso en la mente de la gente, sobre todo en los niños. Como la psicoterapia, al que el autor dedica un capítulo entero del libro para demostrar que la mayoría de gente sana más rápidamente muchos de sus trastornos mentales si no acude a psicoterapia. Como que la educación que recibe un niño durante su infancia determinará la personalidad de ese niño en el futuro. Como que sólo usamos el 10 % de nuestra capacidad mental.
Estos y otros “cómos”, algunos defendidos desde ámbitos académicos, otros desde la barra de un bar, son analizados y echados por tierra sistemáticamente por el autor, recurriendo a ingente bibliografía, experimentos de laboratorio y opiniones de muchos otros psicólogos que han decidido contar la verdad. Y es que Rolf Degen es psicólogo, sociólogo y periodista, la Sociedad Alemana de Psicología le ha concedido un premio por su labor informativa, sus investigaciones sobre el cerebro humano le valieron el premio concedido por la Upjohn-Fellowship. Así pues, como mínimo, Degen juega en campo amigo.
Y aunque su libro no sea perfecto, es estoy convencido de que puede fomentar el debate y la reflexión.
Por es razón, el libro de Degen ha inspirado artículos en Xataka Ciencia como ¿Existe de verdad el síndrome de personalidad múltiple?, ¿Ir al psicoterapeuta sirve para algo? o ¿Los padres homosexuales perjudican el desarrollo de sus hijos?
No me cabe duda de que existe una rama de la psicología, íntimamente ligada a la neurociencia, la genética y demás, que es muy útil y que está avanzando espectacularmente en las últimas décadas. Pero gran parte de la psicología se ha caracterizado por un desfile de teorías que, con el tiempo, han ido revelándose como simples modas pasajes incapaces de responder a las grandes cuestiones sobre la naturaleza humana.
Sirva pues este libro como crítica saludable a la psicología y, por tanto, un acicate para que continúe perfilando su epistemología.
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