A las pocas líneas de empezar La importancia del tenedor, uno advierte que Bee Wilson es una narradora extraordinaria. Así que no importa de que su libro hable básicamente de gastronomía para que resulte interesante desde el punto de vista científico.
Al concluir La importancia del tenedor, ratifiqué esa convicción inicial en sólido cemento, y cerré el libro pensando en que amaba a Bee Wilson. Y me da igual lo que escriba: sé que siempre voy a leer todo lo que alumbre su cabeza, a partir de ahora.
Una gran narradora
Y es que afirmar que La importancia del tenedor trata sobre gastronomía o acerca de la historia de los objetos que alberga nuestra cocina es quedarse tremendamente corto. Tan corto como un armstrong. Porque Wilson aborda dichos temas, naturalmente, pero también aborda la antropología, la sociología, la psicología, la historia, la ciencia y otras tantas disciplinas que se mezclan en una batidora de un modo que habría emocionado a otro Wilson, en este caso Edward, autor de Consilience: la unidad del conocimiento.
La Importancia Del Tenedor. Historias, Inventos Y Artilugios En La Cocina (Noema)
Así pues, al entrar en la cocina de la mano de Bee Wilson no sólo nos permitirá aprender cómo se hace un buen risotto (de forma científicamente comprobada), la razón de que sigamos usando cucharones de madera en vez de cucharones de otros materiales más modernos, o que resulta físicamente imposible hallar un material idóneo para cocinar (cualquier virtud pagará un tributo en forma de defecto por otro lado), sino que también aprenderéis de todo.
En resumidas cuentas: tanto si sabéis freír un huevo como si no, La importancia del tenedor es una obra imprescindible. Porque todos comemos, y porque el tenedor es más importante de lo que parece.