He de admitir que la obra que nos ocupa, La diversidad de la ciencia: una visión personal de la búsqueda de Dios, no es lo mejor de Carl Sagan. Y es que estamos ante una obra póstuma, publicada en conmemoración del décimo aniversario de la muerte de Sagan. La esposa de Sagan, Ann Druyan, ha recopilado una serie de conferencias emitidas por el astrónomo en 1985, las prestigiosas Conferencias Gifford, que se celebran en Escocia anualmente desde el siglo XIX.
Muchas de estas conferencias quizá tuvieron más peso cuando se escucharon en su momento, pero ahora algunas de ellas han quedado un poco descafeinadas. A pesar de todo, no quiero que quede en el ambiente la sensación de que esta recopilación de conferencias es de mala calidad. En buena parte de ellas, Sagan expone con humildad y respeto infinitos sus lúcidas opiniones acerca de la cosmología, la física, la filosofía y, sobre todo, la religión y la teología.
Y en las conferencias sobre religión es donde Sagan brilla más, explicando de forma sencilla cómo funciona la religión (mediante el dogma y la Verdad Absoluta) y cómo funciona la ciencia (mediante sucesivas y humildes aproximaciones a la verdad), y si la existencia de Dios es un problema que debe preocupar, por el momento, a la ciencia. También habla de religiones (no importa si crees en Jesucristo o en Baal). Sobre todas las religiones y en las razones de que éstas, a pesar de ser tan poco lógicas o coherentes, basándose a menudo en símbolos y claves naïf o directamente ininteligibles, aún tengan una presencia tan amplia en una sociedad en apariencia mejor formada, mejor informada y más madura.
Con todo, el trabajo de Sagan no es nada desdeñable: Carl Sagan, de todos es sabido, se dirige a la mayoría, a los neófitos, a los que desdeñan la ciencia o la consideran poco relevante en su mundo intelectual y cultural. Así que en el libro que nos ocupa, también se han transcrito algunas rondas de ruegos y preguntas dirigidas a Sagan por parte del auditorio de sus conferencias. La mayoría de preguntas son propias de personas de la calle que poco o nada saben de ciencia, así que pueden resultar muy pertinentes para muchos pero tal vez sean un poco tontas u obvias para el público principal al que va dirigido esta clase de libros: los aficionados a leer ensayos de ciencia.
Si estáis empezando, sin embargo, éste es vuestro libro. Quizá os sintáis un poco como yo me sentí cuando hinqué el diente por primera vez a Sagan. Carl Sagan no sólo me demostró cuán fascinante podía ser el universo gracias a su programa de televisión Cosmos: De adolescente, tras la lectura de El mundo y sus demonios (que yo recuerde, mi primer ensayo científico) emprendí un camino intelectual basado en el escepticismo y el racionalismo del que, a años vista, no me arrepiento en absoluto. Sirva, pues, La diversidad de la ciencia, como acicate para los que les gustaría emprender ese camino o consolidar lo que ya conoce sobre el asunto.
Editorial Planeta
Colección: Fuera de colección (2007)
300 páginas
ISBN: 978-84-08-07455-7
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