No es la primera vez que aludimos al libro del extraordinario divulgador Sam Kean por estos lares. Lo vimos con La cuchara menguante y también con El pulgar del violinista. Su prosa, y sobre todo su forma de hilvanar historias conectando conocimientos procedentes de diversas disciplinas, es fresca, cercana e hipnótica.
Por ello no podíamos perdernos su última obra: El último aliento de César, donde Kean es capaz de sacar oro de una tema aparentemente baladí: explicar los gases que nos rodean. Y lo hace, como siempre, de forma magistral.
Gases
De entre los sixtillones de moléculas que entran o salen de tus pulmones en este momento, algunas podrían contener trazas de los perfumes de Cleopatra, gas-mostaza del ejército nazi, partículas exhaladas por dinosaurios o emitidas por la bomba atómica, e incluso restos de nebulosa del origen del universo. Mientras investiga los orígenes y los ingredientes de nuestra atmósfera, Kean revela cómo la alquimia del aire modeló la forma de nuestros continentes, guió el progreso humano, alimentó revoluciones, y continúa siendo una gran influencia en todo aquello que hacemos.
Un libro tan rico, naturalmente, ha sido inspiración para algunos de los artículos que publicamos en Xataka Ciencia, como: