Vida 3.0: Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial aborda el futuro inmediato que nos espera en diversos ámbitos, como el trabajo, la justicia, el crimen o la guerra, con la participación de los algoritmos de inteligencia artificial.
Para ello, el autor, Max Tegmark, recurre a una división trimembre de la vida: la 1.0, la 2.0 y la 3.0, justo en la que nos encontramos ahora.
Tres tipos de vida
El autor divide el desarrollo de la vida en tres fases, en función de la capacidad que tiene para diseñarse a sí misma:
- Vida 1.0 (fase biológica): su hardware y software son fruto de la evolución. Surgió hace unos 4.000 millones de años.
- Vida 2.0 (fase cultural): su hardware es fruto de la evolución: diseña buena parte de su software. Surgió hace unos cien milenios.
- Vida 3.0 (fase tecnológica): diseña tanto su hardware como su software. Aparece en el siglo XX y, sobre todo, siglo XXI.
Las bacterias son un buen ejemplo de vida 1.0. Los seres humanos, de vida 2.0. Esta capacidad que tiene la vida 2.0 de diseñar su propio software le permite ser mucho más inteligente que la vida 1.0:
Una alta inteligencia requiere tanto muchísimo hardware (hecho de átomos) como muchísimo software (hecho de bits). El que la mayoría de nuestro hardware humano se añada tras nuestro nacimiento (a través del crecimiento) es útil, ya que gracias a eso nuestro tamaño no está limitado en última instancia por la anchura del canal de parto de nuestra madre.
Max Tegmark es profesor de física del MIT y cofundador del Futuro of Life Instituto, y sin duda es un tecno-optimista, como refleja en cada una de las páginas del libro. Eso tiene su parte buena: el optimismo condicional es necesario para arreglar el mundo. Pero también su parte negativa: que el optimismo condicional demude en optimismo ingenuo.
Con todo, el libro tiene un estilo y un enfoque diferente al habitual, como ligeramente más esquemático, con cuadros, resúmenes o gráficos que permiten entender de un solo golpe la interacción entre diferentes factores complejos. Lo cual es necesario de vez en cuando, porque Tegmark también se atreve a abordar la superinteligencia, la conciencia y los últimos límites físicos de la vida en el universo.