Los números pueden hacernos creer una u otra cosa. Todo depende de cómo se presenten. Para ser inmunes a estas manipulaciones, sólo nos queda instruirnos lo máximo posible en matemáticas. Y también leer con mucha atención la información que nos ofrecen.
De lo contrario, pueden brotar casos de histeria injustificada, como la que se sucedió tras la gestación de algunas noticias sobre los efectos perjudiciales de los implantes de silicona.
El estudio más reciente y seguro, emprendido por la Clínica Mayo y hecho público en el New England Journal of Medicine, indica que, a pesar de la sanción judicial de 4.000 millones de dólares impuesta a los fabricantes por no haberlos probado como es debido, los implantes no causan la multitud de desarreglos del tejido conectivo que se les imputa. Aunque las 2250 mujeres del estudio (un tercio con implantaciones, dos tercios sin ellas) no representan una cantidad suficientemente elevada para ser definitiva, pocas veces ha sido tan radical el divorcio entre ciencia y justicia.
Reaccionar emocionalmente contras las estadísticas es contraproducente. La imparcialidad frente a los números una actitud que debe entrenarse. Por ello las noticias más importantes son las que barajan números.
El estadístico Arnold Barnett ha analizado en Chance la frecuencia con que distintos modos de morir han sido noticia en la primera plana del New York Times durante un periodo de 2 años. Dicha frecuencia oscilaba entre 0,2 noticias por cada 1.000 muertes anuales de cáncer hasta 138 noticias por cada 1.000 muertes en accidentes aéreos.
También en las noticias del mundo empresarial, donde hay menos impedimentos psicológicos para un enfoque más cuantitativo, cuesta a veces determinar si una subida de precios del 5 %, por ejemplo, se basa en los impuestos, en los precios del año pasado o en qué. También aparecen con regularidad complicaciones menos tangibles. Imaginemos que compramos 100 kilos de patatas, por ejemplo, y que se nos dice que son agua al 99 %. Determinar el peso de estas patatas ligeramente deshidratadas no parece difícil en principio, pero he descubierto que pocas personas son capaces de hacerlo.
Un periodista responsable, antes de publicar una noticia, debería tener en cuenta las cifras de referencia, las definiciones operacionales y la aritmética. Sin estas prevenciones, periodistas y lectores de noticias acabamos lastrados por lo dramático, lo gráfico y lo visual.
Podéis profundizar en este tema repasando el artículo que escribí sobre temas periodísticos en los que se cometen a menudo estos deslices titulado: El miedo infundado al terrorismo, los accidentes de tráfico, la violencia de género y otros hechos matemáticamente improbables (I), (II), (III), (IV), (V), (VI), (VII).
Vía | Un matemático lee el periódico de John Allen Paulos
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