Al grafeno está considerado por muchos como el material del futuro, aunque todavía se están retrasando las primeras aplicaciones comerciales.
Una de tantas es una propuesta del magnate Richard Branson, que ha anunciado su intención en invertir en un proyecto para fabricar aviones de grafeno.
Grafeno en un avión
Según ha explicad Branson, conocido por su marca Virgin, con más de 360 empresas que forman Virgin Group, el grafeno es un material más fuerte y liviano que la fibra de carbono, lo que haría que los aviones fabricados fuesen muchísimo más ligeros, facilitando así un ahorro en combustible y un menor impacto medioambiental.
Branson espera que el primer prototipo esté listo en 2027, aunque quizás la fecha sea un tanto optimista. No hay que olvidar que el principal impedimento para la implantación del grafeno son los altos costes que conlleva producirlo.
Virgin Atlantic también trabaja con el especialista en combustibles limpios de Estados Unidos, Lanzatech, en un proceso biológico para convertir los desechos de carbono de los procesos de fabricación en etanol, que a su vez pueden convertirse en combustible para aviones.
¿Qué es el grafeno?
El grafeno es una sustancia formada por carbono puro, con átomos dispuestos en un patrón regular hexagonal similar al grafito, pero en una hoja de un átomo de espesor, lo que permite que sea extremadamente ligero: una lámina de 1 metro cuadrado pesa tan sólo 0,77 miligramos.
El grafeno es 200 veces más fuerte que el acero, cinco veces más ligero, y su densidad es aproximadamente la misma que la de la fibra de carbono.
A comienzos de 2013 ya existían más de siete mil patentes relacionadas con el grafeno, a pesar de que el interés hacia este material descrito por primera vez en la década de 1930 (y que entonces no llamó la atención porque se creía inestable a nivel termodinámico) adoptó su nombre en una fecha tan reciente como 1994, no siendo aislado hasta el 2004.
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